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lunes, 28 de febrero de 2011

con eso basta y sobra



no hay magia, solo el amor de Dios es capaz de hacer lo que hacemos y ser lo que somos.

vivir el hoy



disfruten cada momento de su vida,gocen de su juventud y aprovechen el tiempo que Dios les da con sus padres, hermanos, amigos,las actividades de la iglesia, son hermosas oportunidades.

ser yo mismo



de verdad tratamos de ser quien nos somos y que la gente crea que somos otra persona, muy interesante. que piensan?

jueves, 24 de febrero de 2011

Mira las estrellas


Dios está entrenando tu vista para que, detrás de las realidades de la vida, veas la visión que tiene para ti.

Hace más de 4,000 años, Dios le dijo a un hombre que mirase las estrellas. Probablemente conoces su historia. Él era Abraham, el padre de la fe. Era un fiel servidor de Dios, pero quizás ese día estaba un poco desanimado. Cuando el Señor le dijo que le daría una gran recompensa, él respondió: ¿Y para qué vas a darme algo, si sigo sin tener hijos y me heredará uno de mis criados?

Entonces el Señor lo llevó afuera, y le dijo: "Mira hacia el cielo y cuenta las estrellas, a ver si puedes. ¡Así de numerosa será tu descendencia!" (Gn. 15:1-5, NVI). Le dice: Abraham, tú eres muy viejo, tu mujer es anciana y estéril y todavía no tienes hijo; pero cada vez que mires al cielo estrellado podrás ver cómo será la descendencia que te prometí. Le está enseñando a soñar los sueños de Dios.
Más adelante agrega: "De cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar" (Gn. 22:17). Creo que Abraham, caminando por esos desiertos, diría: "Como esta arena será mi descendencia". Hasta en el piso podía ver la visión celestial.
Dios le da a Abraham una visión de bendición y multiplicación imposible de calcular humanamente. Esa promesa también es para todos; es parte del llamado que Él dio a su Iglesia. Somos descendientes espirituales de Abraham. Dios te promete que vas a llevar un fruto que no imaginabas.
Una vez más, en Génesis 28:14, Dios dice a Abraham: "Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente". Se lo dice a Abraham, el hombre sin hijo, y también a ti. De tu familia, como de la suya, saldrá bendición para muchos otros: "... y serán benditas en ti todas las familias de la tierra" (Génesis 12:3).
Observa que no dice los individuos, dice las familias. Como Iglesia, hemos cometido un error: hemos descuidado las familias. Los cristianos tenemos toda clase de ministerios, pero las familias están muy debilitadas. Así que ora y comienza a tener ya la visión de muchos parientes convertidos: tíos, primos, sobrinos, hermanos, padres. Sueña con eso; ora por eso. Sí, cada uno tiene su individualidad, cada uno deberá decidir. Pero tú clama: "Señor, salva a esta persona".
La vida es muy triste si no hay visión. Te confundes si no tienes visión. Tener visión es saber lo que Dios quiere hacer mediante nuestras vidas. Muchos sólo miran las necesidades naturales ­que sin duda deben ser atendidas. Pero, ¡qué impactante cuando Dios nos saca de la cocina, del comedor, de la TV, del trabajo, y nos dice: Ven y mira a los cielos; yo te voy a mostrar mi visión! Estoy convencido de que la visión sana. Junto con ella recibes sanidad, recibes fortaleza divina para seguir adelante.
¿Está tu corazón dispuesto a aceptar la visión que Dios tiene para tu vida? Esto es para todo ser humano que dice: Yo creo en Dios. Ya no quiero vivir en confusión, quiero aceptar la visión que Jesús nos dejó: "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura".
Te pido que desde hoy te conviertas en un soñador; en alguien que está por encima de la mediocridad, y puedas tener esos momentos en que respires hondo y veas la visión que Dios tiene para tu vida. Muchos de ustedes están pasando dolor, están pasando crisis. Escúchame: Él está entrenando tu vista para que, detrás de las realidades de la vida, veas la visión que tiene para ti. Algunos se quedaron atascados en el desierto de las excusas. Una forma de sanarnos es tener la visión para nuestra vida. Ella nos ilumina, nos da fuerzas cuando ya no podemos más.
Quiero animarte a que mires al cielo estrellado y veas allí la gloria de Dios. Atrévete a levantar los ojos y ver las realidades de Dios. Cuando mires al cielo verás la visión; cuando mires al suelo verás la visión: "Así será tu descendencia". Di: Esta misma semana quiero comenzar a involucrarme, a integrarme a la iglesia, a orar por los perdidos y a buscarlos. Como Abraham, voy a soñar los sueños de Dios y voy a verlos cumplirse en mi vida.

martes, 15 de febrero de 2011

anuncios clasificados


URGEN: Cristianos de tiempo completo y con grandes deseos de servir, con una mente renovada y movidos a misericordia, con disponibilidad de horario y facilidad para viajar, experiencia no necesaria. Interesados comunicarse con Dios y dirigirse a cualquier parte del mundo..

¿CUALQUIER IGLESIA?, NECESITA: Jóvenes activos, comprometidos y dispuestos a sujetarse a una autoridad para apoyar la visión pastoral, el pago será un increíble crecimiento a nivel individual y grupal. No dejes pasar esta oportunidad, Si quieres ser parte de este cambio, acércate a tu pastor..

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CAMBIO: Cambio vida vieja, triste, solitaria, mortal y sin esperanza, por una vida nueva, alegre, llena de amigos, eterna y con motivos para seguir adelante. Comunícate conmigo a cualquier hora y en cualquier día por medio de una sencilla oración. Atte. Jesucristo..


SOLICITAMOS OBREROS
: Comprometidos, dispuestos a trabajar horas extras y con jornadas duras, que estén dispuestos aún a dejar su vida en el campo de trabajo. Contratación inmediata, acercarse a mí. Atte. El Señor de la mies..


MAESTROS: Necesitamos personas que no sólo con su boca, sino con su vida nos enséñen lo que es ser un verdadero cristiano. Favor de tráer su solicitud con nosotros. Atte. ?Gente del mundo?..

URGEN: Convicciones inquebrantables para ser depositadas en la vida de toda persona que conoce del evangelio, para evitar desanimo cuando la corriente venga en contra y poder estar firmes en la palabra de Dios. Favor de presentarse lo antes posible en toda persona..


DIBUJANTES:
Lo único que tienes es que dibujar una sonrisa en tu corazón y en tu cara para testificar lo que Dios está haciéndo en tí. No es necesario haber tomado un curso, simplemente: sonríe.

excelente mensaje




amor y respeto ¡¡¡la mejor combinación!!!

martes, 8 de febrero de 2011

sentarse en zona de fumadores por: Felix Ortiz Fernandez


En el mundo postmoderno cada vez se dan con más frecuencia entre la juventud estilos de vida no solamente alternativos, sino claramente contrarios a los valores bíblicos. Si queremos mostrarles el interés, amor y aceptación incondicional de Dios deberemos seguir el modelo de Jesús y comenzar a ser escandaloso en nuestras relaciones y costumbres.

Jesús, tal y como aparece reflejado en los evangelios es un personaje escandaloso. Si tenemos la valentía de hacer una lectura no religiosa –es decir, teniendo la capacidad de leer lo que pone y no interpretarlo con el filtro de nuestra moralidad y corrección política- de los textos bíblicos, nos vamos a encontrar con el Maestro apareciendo en los lugares donde se supone que nunca debería de estar, haciendo las cosas que se supone que no debería de hacer, relacionándose y socializándose con las personas con las que nunca debería de hacerlo y, todo ello en los momentos más inoportunos, léase el día de reposo.

Los evangelistas, que no narran todo lo que aconteció durante el ministerio público de Jesús (Juan 20:30) nos hablan de su capacidad de estar en lugares inadecuados y con las personas inadecuadas. Veamos un ejemplo. El Maestro acepta cenar en la casa de Zaqueo, un cobrador de impuestos, alguien totalmente repugnante a los ojos de las personas religiosas de su tiempo (Lucas 19:1 y ss). De hecho, este era un motivo de crítica constante hacia su persona y su trabajo. Jesús no dudaba en frecuentar, y hacerlo públicamente, la compañía de personas, no de dudosa reputación, sino de mala reputación, personas moralmente rechazables, condenables y objetables.

Esto era algo tan notorio en Jesús que no únicamente le valió las feroces críticas de fariseos, saduceos y maestros de la ley judía, sino que también, le creó una mala reputación, la de amigo de pecadores, recaudadores de impuestos y otra gente de mal vivir, de la cual el Maestro tenía plena conciencia (Mateo 11:19). Para ser honestos, hemos de afirmar que sus relaciones eran escandalosas y provocaban una reacción de indignación, rechazo y disgusto en muchos de sus contemporáneos.

Su mala fama y reputación se extendía, no únicamente a sus relaciones, sino también a su conducta. La forma en que Jesús vivía provocaba agrias reacciones entre las personas. No sabemos en profundidad qué estilo de vida llevaba Jesús, sin embargo, los evangelio nos lo muestran con bastante frecuencia en cenas y banquetes. El Maestro también era conocedor de la mala fama que ello le reportaba. En una conversación con los fariseos no duda en repetir algo que debía ser vox populi, que era un comedor y un bebedor, amigo de gente de mala reputación (Lucas 7:34). De hecho, ambas cosas se combinaban, su estilo de vida y sus relaciones.

Las objeciones que se levantaban acerca de su conducta no estaban únicamente relacionadas con sus relaciones y su capacidad de disfrutar de la vida, también por su capacidad de romper las tradiciones religiosas y desarrollar conductas que eran claramente tachadas de irreverentes. Las convenciones religiosas significaban bien poco para él cuando se trataba de ayudar a las personas y ministrarlas en sus necesidades. Fiel cumplidor de las obligaciones religiosas –asistía a la sinagoga regularmente, oraba, conocía las Escrituras, ayunaba, pagaba los impuestos del templo, etc., etc.,- no dudaba en saltárselas a la torera para poner al ser humano y sus necesidades en el centro del escenario. En fin, un nuevo motivo de escándalo para sus observadores.

Llegados a este punto es importante mencionar quiénes eran los que se sentían tan ultrajados, molestos y escandalizados por la conducta tan poco ortodoxa de Jesús. No debemos olvidar que quienes reaccionaron de tal manera eran las personas más religiosas y con mayor moralidad de la época. Así es, el rechazo hacia el Maestro, sus relaciones, su estilo de vida, su conducta y lo que ellos consideraban ser poco respeto hacia la moral y la religiosidad, vino del sector más religioso, más moralmente aceptable y políticamente correcto de la sociedad.

Fueron ellos los que consideraban inaceptables sus conductas, reprobables sus relaciones y escandalosa su manera de afrontar la espiritualidad y la religiosidad. Fueron ellos los que lo condenaron con dureza y, en última instancia, los que consideraban que era alguien fuera de la voluntad de Dios y que debía ser eliminado.

La respuesta de Jesús ante tanta desaprobación fue enfatizar el propósito de su venida y ministerio. No en defensa propia, sino a modo de explicación, afirmó que había venido a buscar lo que estaba perdido (Lucas 19:10 y 11). Recalcó que su trabajo estaba destinado a aquellos que estaban enfermos, no a los que estaban sanos, o lo que es peor, se consideraban a sí mimos sanos y, por tanto, sin ninguna necesidad de ser curados y atendidos (Mateo 9:12).

En Lucas 15, donde están las tres parábolas que muestran el corazón pastoral de Dios. La moneda y la oveja perdida y el padre que ama y perdona, Jesús expresa su amor, compasión y aceptación por los pecadores, por los que viven al margen de la voluntad de Dios, por todos aquellos cuyos estilos de vida son claramente condenables desde la perspectiva bíblica. Sin embargo, Jesús, con sus enseñanzas y su estilo de vida demuestra una y otra vez que, aunque todo ello es verdad, incluso así, Dios continúa amándolos, buscándolos, aceptándolos y esperando que vuelvan a su casa para correr a su encuentro con los brazos abiertos.

En ningún momento Jesús aprobó y frivolizó acerca de los estilos de vida que las personas con las que se relacionaban llevaban. Su amor y aceptación hacia ellos, su deseo e iniciativa de socializar con ellos en ningún momento significó una aprobación de su manera de vivir. El encuentro con la mujer adúltera narrado en el evangelio de Juan claramente lo prueba, después de decirle que no la condenaba, añadió, vete y no peques más (Juan 8: 1 y ss). Pero mi punto es, que su desaprobación de esos estilos de vida ¿podría ser de otro modo? No le privó de acercarse a ellos y mostrarles amor, compasión y aceptación como personas.

Jesús afirmó que del mismo modo que el Padre le envió, así nos enviaba a vosotros (Juan 20:21). También recalcó que muchas de las cosas que hizo tenían como propósito servirnos de ejemplo (Juan 13:15). Consecuentemente, ¿es posible llevar a cabo un ministerio entre la juventud sin que nuestras relaciones, nuestras conductas y nuestras comportamientos resulten escandalosos a los ojos de la gente piadosa de nuestras iglesias?

¿Quiénes son los recaudadores de impuestos y los pecadores que hay a nuestro alrededor? ¿Quiénes son los enfermos a los que hemos sido llamados por Jesús a mostrar amor y aceptación incondicional? En principio, todos aquellos que disgustan, producen rechazo y escándalo en nuestro piadoso estilo de vida evangélico, los cuales, en una sociedad postmoderna, son un número creciente de personas que practican estilos de vida alternativos y contrarios a la moral cristiana tradicional.

Estamos hablando de los que fuman, los que beben, los que frecuentan las discotecas y salas de baile, aquellos que tienen relaciones sexuales con sus novios o novias, o peor aún, aquellos que se han ido a vivir juntos sin estar casados, los que tienen relaciones sexuales como un modo de experimentar placer al margen de cualquier tipo de relación o compromiso, los adictos de todo tipo, los consumidores de drogas, las madres solteras adolescentes y jóvenes, los que practican abortos y naturalmente ¿o especialmente? los homosexuales.

Muchos evangélicos han desarrollado una actitud de juicio, condena y crítica de todas las personas comprendidas en los grupos antes mencionados. De hecho, un buen cristiano no debería relacionarse con ellos, socializar con ellos y frecuentar lugares donde estas personas estén. Un buen creyente debería de cuidar su testimonio a los ojos de un mundo no creyente y, naturalmente, ciertas relaciones, conductas y prácticas pueden ser mal vistas y juzgadas por los que nos observan. Debemos de cuidar nuestro testimonio a los ojos de los demás y evitar todo aquello que pudiera provocar escándalo en otros. No me parece que Jesús estuviera, como muestran con claridad meridiana los evangelios, excesivamente preocupado por ello.

Creo que si queremos hacer justicia al corazón compasivo de Dios e imitar el ejemplo de Jesús, deberemos de comenzar a sentarnos en la sección de fumadores. Debemos de comenzar a tomar la iniciativa de acercarnos a ellos, escucharlos, comprenderlos, aceptarlos tal y como son -¿es necesario mencionar de nuevo que esto no implica la aceptación de sus estilos de vida?- y amarlos incondicionalmente porque Dios no nos ha enviado a los que están sanos -o eso piensan- sino a aquellos que están enfermos y necesitados.

Vamos a tener que comenzar a frecuentar la zona de fumadores, a ser escandalosos a los ojos de los piadosos y políticamente correctos, porque nos moveremos con gente incorrecta, porque deberemos de ir a buscarlos a los lugares incorrectos, aquellos en los que se supone que un buen cristiano nunca debería ir, e incluso en los momentos incorrectos ¿es lícito ministrar a una persona necesitada a la hora del culto de adoración? ¿no hay seis días durante la semana en los que es posible hacer ministerio?

Existe toda una generación de gente joven fuera de nuestras iglesias –y un creciente número de jóvenes dentro de las mismas- cuyos estilos de vida son condenables desde el punto de vista bíblico. Sin embargo, cómo podrán entender estos jóvenes que Dios los ama, los acepta, está profundamente interesado en sus vidas, si nosotros les mostramos todo lo contrario con nuestro rechazo, nuestro desprecio, nuestra negativa a buscarlos y, mucho menos tener ningún tipo de relación con ellos.

Muchos de nosotros somos más parecidos a Jonás –que se irritó hasta el punto de desear la muerte porque Dios había perdonado a la ciudad de Nínive- que a Abraham, que en una osadía sin precedentes en el relato bíblico se puso a negociar con Dios y regatear la salvación de las ciudades de Sodoma y Gomorra. Uno estaba motivado por el legalismo, consideraba despreciable a los ninivitas. El otro, estaba movido por una profunda compasión hacia personas que merecían el castigo que sobre ellos Dios iba a ejecutar. Estoy seguro que Abraham no tendría inconveniente en sentarse en la zona de fumadores, donde coincidiría con Jesús. También estoy convencido de que Jonás criticaría a ambos desde la zona de no fumar, donde, por cierto, estaría bien a gusto con los fariseos, los escribas y los maestros de la ley.

Sentarse en la zona de fumar es peligroso. Lo sé, soy consciente de ello. Pero es la zona a la que el creyente está llamado. El propio Jesús en su oración sacerdotal al Padre dijo, no te pido que lo quites del mundo, sino que los guardes del mal (Juan 17:15). La luz resplandece en medio de las tinieblas. La luz no se enciende y se esconde, antes al contrario, se pone bien alto para que brille y pueda ser de referencia. Esto implica que en nuestro servicio a una generación perdida debemos de tener claros elementos de equilibrio y contrapeso que nos permitan estar en el mundo sin contaminarnos de él. Estamos fuera de la voluntad de Dios y perdemos nuestro papel profético cuando para evitar la contaminación con el mundo y sus estilos de vida nos aislamos del mismo. Esa no fue la estrategia de Jesús ni lo que esperaba de nosotros.

El propio Jesús nos da pistas acerca de cómo podemos estar en el mundo sin ser del mundo. Una clara relación con el Padre. El Maestro la tenía. Pasaba tiempo y tiempo con el Padre, adquiriendo su perspectiva de las cosas, viendo el mundo como Él lo veía. Un claro conocimiento de las Escrituras. Jesús reaccionó a la tentación con la Palabra de Dios, la conocía y sabía cómo aplicarla en las situaciones adecuadas. Un fuerte compañerismo cristiano. Necesitamos vivir en comunidad y tener una clara estructura de rendición de cuentas que nos impida colocarnos a nosotros mismos en situaciones de vulnerabilidad que nos pueda llevar al pecado y a la desobediencia.

Hace unos días pasé por uno de los cafés de Barcelona, me pareció ver a Jesús, en la sección de fumadores, en una animada discusión con varios jóvenes. Uno llevaba tatuajes, el otro lucía largas rastas en su pelo, le llegaban hasta mitad de la espalda. Incluso uno de ellos me pareció, por su vestimenta y amaneramiento, que era gay. Todos estaban en animada conversación ¿Qué debía estar Jesús diciéndoles?

lunes, 7 de febrero de 2011

necesitamos escuchar



que difícil es aprender a escuchar la voz de Dios, muy a menudo decimos que no nos habla pero como vemos en el video, tal vez nuca estamos dispuestos a callar, a dejar lo que nos rodea y poner atención, sin que nada nos perturbe, hay que hacer un ejercicio de estos ¿no creen?

que interesante no creen?